
Campingaz
En 1949 , tres ingenieros de Lyon tuvieron una idea para llenar el gran vacío en el mercado de productos de ocio de la posguerra. Así nació el primer hornillo de butano 901. La idea no tardó en arraigar y, en 1951, Campingaz puso en marcha un programa mundial de intercambio de botellas de butano. Con este programa, todos los viajeros por fin ganaron una libertad e independencia absolutas. A partir de entonces, los turistas podían intercambiar su botella vacía por una llena en casi cualquier parte del mundo.
Actualmente ofrece barbacoas, hornillos, cartuchos, utensilios de cocina, neveras, colchones, hinchadores, lámparas, inodoros, papel higiénico, desinfectantes y detergentes.